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Etica erótica.....

ETICA ERÓTICA. POLITICA, TECNOLOGÍA Y GESTIÓN DE LOS PLACERES Se trata de un libro de honda reflexión que nos pone ante una concepción diferente de la ética: estamos ante una ética sensible, material que nos permite establecer nuevas conexiones con los compañeros de ruta en este mundo. A la frialdad de las éticas clásicas se le opone el calor de la empatía y la apertura a una moral del placer. El libro no descuida en absoluto la mirada política y reclama, a la manera de una fórmula anarquista, PLACER PARA TODO

ETICA ERÓTICA. POLÍTICA, TECNOLOGÍA Y GESTIÓN DE LOS PLACERES

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ETICA ERÓTICA. POLITICA, TECNOLOGÍA Y GESTIÓN DE LOS PLACERES Se trata de un libro de honda reflexión que nos pone ante una concepción diferente de la ética: estamos ante una ética sensible, material que nos permite establecer nuevas conexiones con los compañeros de ruta en este mundo. A la frialdad de las éticas clásicas se le opone el calor de la empatía y la apertura a una moral del placer. El libro no descuida en absoluto la mirada política y reclama, a la manera de una fórmula anarquista, PLACER PARA TODOS!!!
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Más allá del sexo y el género. La carne no es metafísica. La carne es historia y cultura. De manera que hay una historia política y material de la carne. Es en esa historia de tensiones y asimetrías, donde el cuerpo del macho fue el cuerpo de la especie hombre. El sometimiento autorizó la nihilización de la subjetividad femenina y la violación de su devaluado cuerpo. Pero, para una ética erótica, la reescritura histórica tiene que partir de la reconfiguración ontológica de una especie llamada animal humano. En esa reescritura de la historia la carne, la piel, el cuerpo, la pasión, cobran una espesura antropológica diferente. Lejos de la metafísica, la carne es historia y cultura criticada desde el hedonismo, desde la indiferenciación del placer. Ni sexo ni género: sólo carne abierta a la aptitud del goce consentido, del goce convenido, del goce pactado, del goce ético. No hay ética en la negación de la animalidad cultural que nos constituye: la ética supone el ej

Caos y camaradería amorosa.

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Caos y camaradería amorosa. La lógica del patriarcado se piensa a sí misma instalada en el orden, la normalidad y lo natural. Finge ignorar las tensiones no monogámicas y las que vulneran la heterosexualidad. La mentira está a la base de ese régimen de las pasiones. El orden es una imposición violenta que decapita lo que no ha sido tutoreado por la ortopedia. La normalidad es un capricho de los poderosos y la naturaleza es un constructo inhumano que desconoce a lo humano que es pura artificialidad. La monogamia de transgrede en el trabajo y en el burdel y la heterosexualidad constriñe al deseo que carece de disquisiciones de sexo y género. El caos, es decir la libertad y el invento sostienen a la camaradería amorosa, que supone la superación de la hipocresía y la mentira. La anarquía amorosa potencia la capacidad de amor. La camaradería amorosa es poliamorosa, es decir que no centra en la apropiación privada de un único destinatario de mi capacidad amorosa, ni e

Lo sublime y lo execrable.

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Lo sublime y lo execrable. Una topología idealista decretó el arriba y el abajo ontológico. Lo excelso y lo execrable quedaron definidos para siempre. Repetimos esa topología caprichosa y discriminatoria: por todas partes oímos hablar de lo sublime y de lo execrable. ¿Pero cuál es el fundamento de una oposición tan rígida y perversa? Razones puramente históricas, pues no existe el libro sagrado de lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo. Sobre el pie ha pesado esta condena que recoge tanto repugnancia como desdén. Se trata de una Pedagogía de la mirada y debemos ser capaces de deconstruirla a través de inversiones y genealogías que desnuden la vacuidad y la arbitrariedad de la pedagogía hegemónica. Un camino de liberación debe ser transitado siguiendo múltiples posibilidades. No se trata de seguir un único y repetido recorrido. En algún punto del viaje se hallan los pies con toda su maravillosa belleza y con su desestructurante erotismo. El color de la piel, la forma de los dedos, l